¿Cómo desafía Adam Driver el concepto de sex symbol?

Adam Driver: ¿Actor indie con un físico particular, sex symbol, ambas cosas o ninguna?

Tras décadas de papeles masculinos (salvo en películas de mafiosos) que podrían haber dado lugar a un anuncio de Calvin Klein (Brad Pitt, Leonardo DiCaprio...), está surgiendo una nueva generación de actores estadounidenses. No podemos evitar pensar en Timothée Chalamet, un joven actor de físico alargado y piel diáfana que, en "Call Me By Your Name", consiguió robarle el protagonismo al rubio y musculoso Armie Hammer... Pero también y sobre todo, Adam Driver, que nunca ha sido tan adorado como hoy.

Quizá se deba a su rigurosa elección de papeles, que le permitió convertirse en un chasquido de dedos en el niño mimado de Hollywood, ahora acumula grandes producciones como "Historia de un matrimonio", "La casa de Gucci" y "Annette", pero también conquistó este año el corazón de Cannes, donde se deleitó maliciosamente dando forma a su nombre a los ojos del gran público... Es simplemente una historia de éxito, se dirá. Es posible, pero me asalta una duda: ¿qué hace que queramos tanto a Adam Driver y, sobre todo, cómo ha desafiado el concepto mismo de sex symbol?

Nada destinaba a Adam Driver a convertirse en actor, y menos aún en el más prometedor de su generación. No, realmente nada. Nacido en el seno de una familia baptista, se vio inmerso en la religión y las creencias desde muy joven (no hay absolutamente nada malo en ello). A los 18 años, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, se unió a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y se alistó en el Cuerpo de Marines. Su destino parecía estar decidido... hasta que fue dado de baja de Camp Pendleton, California, después de dos años por motivos médicos, tres meses antes de partir para una misión en Irak. Fue entonces cuando la vida y los deseos de Adam Driver dieron un nuevo giro.

De 2005 a 2009, estudió teatro en la Juilliard School de Nueva York. Ambicioso y trabajador, luchó por conseguir castings y apareció por primera vez en algunas series policiales como "The Unusuals" y "New York Special Unit" (una serie de culto en mi opinión), pero es realmente la serie "Girls" la que le ofreció el éxito. Pasar de un papel en una serie americana que se ha convertido en icónica a las alfombras rojas del Festival de Cannes, los Globos de Oro y los premios en el espacio de unos pocos meses es admirable y hace soñar.

Pero, en realidad, ¿qué es un sex symbol?
Si nos fijamos bien, el estatus de sex symbol está alimentado por Hollywood en una idea de perfección que incluye el físico: en los años cincuenta, James Dean era el actor sulfuroso idolatrado por la juventud pre-rock and roll, símbolo de la América de los cincuenta, radiante y rebelde. Igual que Marlon Brando, que en los sesenta forjó un estilo individual e inquietante que ha atravesado las décadas. O Brad Pitt (cómo no mencionarlo), el eterno y misterioso playboy rubio de flema irresistible.

Por otro lado, hay que decirlo, Adam Driver no es, a primera vista, el arquetipo de sex symbol. Y, sin embargo, parece tener todas las papeletas para serlo. Sí, no es especialmente guapo. Sin embargo, su exquisita interpretación, la profundidad que da a su personaje y la modernidad de un hombre que tiene algo más que un cuerpo deliciosamente atlético trastocan la idea que tenemos de este estatus para hacerlo casi más atractivo. Físicamente, con su singular belleza y su aura magnética, nos ofrece una nueva visión del concepto mismo de virilidad, tan apreciable como la perfección de un Marlon Brando o un Leonardo DiCaprio. ¡Bien hecho, Adam!

Por último, ¿Adam Driver no encajaría más en los códigos del sex symbol francés?

Adam Driver, un nuevo arquetipo

Algunos dirán que no tiene suficientes películas en su haber para obtener el estatus de sex symbol. Pero a lo largo de su carrera, ha conseguido seducir a los más grandes directores para interpretarlos en sus películas: Steven Soderbergh (en Logan Lucky), los hermanos Coen (en Inside Llewyn Davis), Jim Jarmusch (en Paterson), Noah Baumbach (en Why We're Young), Spike Lee y Martin Scorsese (en Silencio). El director de Taxi Driver llegará a decir de él que es "uno de los mejores, si no el mejor, actor de su generación". Por si fuera poco, compartirá escenario con Lady Gaga en House of Gucci, una película que ahonda en los secretos de tres generaciones de la dinastía Gucci.

En Cannes 2021, todas las miradas estaban puestas en Adam Driver. El actor creó el acontecimiento encendiendo un cigarrillo entre la multitud tras la proyección de la película inaugural Annette, de Leos Carax, en la que interpreta a Marion Cotillard. Quizá sea ésta la receta para disparar su fama... Pero no sólo eso.

Adam Driver desafía no sólo la idea y la imagen mismas del sex symbol, sino también la visión que tenemos de su perfección física y su comportamiento intachable. En "Girls", no dudó en rodar escenas de sexo con la otra estrella de la serie, Lena Dunham (Hannah Horvath), muy atrevidas, y a veces percibidas como chocantes.

Egeria
París, un hermoso día de julio de 2021. Sorpresa: Adam Driver es el rostro del nuevo perfume de la casa Burberry, sobriamente titulado Hero (¿no es el destino?). Muy lejos del físico que lucía en la serie "Girls", e incluso en las películas de Star Wars de J. J. Abrams, sus six packs perfectamente dibujados quitan el aliento. Muestra (para nuestro deleite) sus abdominales de acero en el vídeo de la campaña, donde aparece sin camiseta, corriendo por una playa antes de metamorfosearse en la mística y mítica criatura que es el centauro. La marca describe sus efluvios como un "emocionante matrimonio entre fuerza y sutileza, poder y compasión, atletismo y creatividad". La prueba está en el vídeo.

Ni uno ni dos, Adam Driver enciende la red. Los internautas en Twitter e Instagram hablan de él, hasta el punto de hacer "memes" desternillantes. Como suele decirse, la imitación y la apropiación indebida son los mayores halagos. En cualquier caso, todo esto refuerza aún más el ardor y la admiración palpable que se ha creado en torno al actor. Es un poco como cuando pones a tu "cita" en un pedestal porque te haces una idea de él, salvo que aquí es legítimo. Podemos decir que es una apuesta acertada de Burberry, por plantear lo que, finalmente, podría definirse como el símbolo anti-sexo.

Lo cierto es que al desafiar este estatus, Adam Driver contribuye a cambiar la propia imagen que nos hacemos y a sacudir los códigos. Y sienta bien. Nos guste o no, sigue siendo uno de los mejores actores de su generación.



February 14, 2023