Aquella vez que la Princesa Diana superó a todos con un "vestido de Elvis".
Si las paredes hablaran: cuando el Royal Albert Hall acogió la inauguración de los British Fashion Awards en 1989, grandes nombres y talentos de la industria mostraron su alta costura, pero entre ellos había una auténtica reina: Diana, Princesa de Gales.

Había leído el programa. Aunque Diana nunca habría podido competir con los diseñadores más vanguardistas del país (el conjunto cubierto de hojas de higuera de Vivienne Westwood y las chanclas plateadas de Katherine Hamnett dieron un toque de color a aquella histórica noche de octubre), Diana encargó a una diseñadora británica que creara un look que celebrara el talento nacional (check) y su artesanía equilibrada con un toque de humor (check, check).

Catherine Walker, la estilista de Chelsea que vistió por primera vez a Diana durante su embarazo del príncipe Guillermo en 1981 y desempeñó un papel clave en la configuración de su imagen real, alejada del estilo Sloane Ranger asociado al príncipe Carlos, diseñó un vestido de cuentas blancas como la nieve y un bolero bordado a mano con unas 28.600 perlas. ¿Su toque distintivo? El cuello alto y afilado que le valió el apodo de "vestido de Elvis" de la propia Diana.

Originalmente diseñado para una visita de Estado a Hong Kong en 1989, las perlas de ostra, bordadas por S Lock Ltd, estaban pensadas para complementar la tiara Lover's Knot de la Reina Mary, prestada a Diana mucho después de su boda en julio de 1981. Pero en aquella gran noche de la moda, en la que Workers for Freedom, fundada por Graham Fraser y Richard Nott, ganó el premio inaugural al Diseñador del Año, la Princesa recortó las perlas y se atrevió con los hombros y el atrevido adorno de Elvis al cuello. En medio de modelos de la talla de Zandra Rhodes, Yasmin Le Bon y Naomi Campbell, había algo extraordinariamente brillante en llevar un vestido de novia blanco cargado de adornos microscópicos. Hay moda y moda de verdad.

Pasaron casi tres décadas antes de que otro miembro de la familia real captara la atención de los fotógrafos en los Fashion Awards (que perdieron el término "británicos" en 2016), cuando la duquesa de Sussex entregó el premio al Diseñador Británico del Año en ropa femenina a Clare Waight Keller, posiblemente la versión de Meghan de Catherine Walker. Lo más destacado para Markle no fue un gran vestido, sino su baby bump, enmarcado por un vestido negro columna de Givenchy confeccionado por la propia Waight Keller.

Aquella noche de octubre de 1981, Walker perdió el British Glamour Award, entregado por Janet Street-Porter, frente a Anthony Price. Sin embargo, otras marcas apoyadas por la Princesa Diana, como Victor Edelstein y Bruce Oldfield, fueron galardonadas. De hecho, recorriendo la lista de nominados, la influencia de la Reina era evidente. El vestido de Elvis no recibió tanta atención mediática como el "LBD de la venganza" de Christina Stambolian o el slip de Galliano que lució durante su único viaje a la Gala del Met, pero demostró la confianza de una de las influencers más originales del mundo.


April 18, 2024