La marca que en su día definió el estilo neoyorquino y aportó el desenfrenado encanto americano al gigante francés es ahora una de las que LVMH más desea deshacerse. Según el Wall Street Journal, Marc Jacobs vuelve a estar sobre la mesa. Esta vez, no como visionario, sino como artículo en venta. Aunque su nombre vuelve a ser el centro de interés cultural gracias al próximo documental de Sofia Coppola, en París se rumorea que la marca abandonará suelo francés.
Al principio, parecía una combinación perfecta. Cuando LVMH compró la marca Marc Jacobs en 1997, fue una apuesta arriesgada pero visionaria. ¿Incorporar a un rebelde neoyorquino al imperio parisino? ¡Qué sueño! En aquel momento, Jacobs era director creativo de Louis Vuitton y también estaba construyendo su propia marca, que atraía a una generación joven y ávida de tendencias. Sin embargo, hoy, veintiocho años después, la marca aparece en la lista de las que LVMH quiere deshacerse. Los resultados financieros del grupo, que registró una caída del 15 % en las ventas en el primer semestre de 2025, exigen una reorganización. Y eso a menudo solo significa una cosa: la venta de las marcas «más pequeñas».
Purga francesa
Marc Jacobs va así en la misma dirección que Off-White, que LVMH vendió a Bluestar Alliance, y Stella McCartney, que recompró su marca.
Se especula que entre las partes interesadas se encuentran nombres como Authentic Brands Group (propietario de Reebok y Hervé Léger), WHP Global y Bluestar Alliance, que en los últimos años ha estado comprando marcas con potencial comercial y transformándolas en una cartera rentable. Sin embargo, a diferencia de Stella McCartney, Jacobs no ha expresado su interés en recomprar la marca. Por lo tanto, el destino de la marca lo decidirán otros. En primer lugar, Bernard Arnault, que está reevaluando claramente lo que aún vale la pena conservar en su imperio.
El hecho de que Marc Jacobs vuelva ahora al centro de atención de los medios de comunicación añade una extraña ironía a toda la historia. En el Festival de Cine de Venecia de este año, Sofia Coppola estrenará su esperado documental sobre su vida. La película promete un retrato íntimo del visionario de la moda, pero también reflexionará sobre un momento en el que su nombre puede aparecer por última vez bajo la marca que él mismo construyó. A diferencia de marcas como Louis Vuitton y Dior, que se dirigen a una clientela de ultra lujo, Marc Jacobs sigue atrayendo a un público más joven. Y ese puede ser el problema hoy en día. La crisis está afectando a todo el sector de la moda, por lo que la fidelidad de los clientes y los márgenes de beneficio están desempeñando un papel crucial. Las emociones están quedando relegadas a un segundo plano.
¿Qué pasará con la marca que en su día definió el comienzo del milenio? Si se vende, es probable que Marc Jacobs vuelva a manos estadounidenses, quizás con una nueva visión y una dirección diferente. Sin embargo, LVMH tendrá que aceptar el hecho de que está perdiendo algo más que un nombre. Está perdiendo una parte del ADN cultural que encarnaba el coraje, la rebeldía y el espíritu desenfrenado de Nueva York. Y ahí radica el dilema. La moda está cambiando más rápido que nunca y, con ella, el valor mismo de las marcas. La pregunta ya no es qué significa ser un visionario de la moda. La pregunta es quién puede permitirse serlo hoy en día.